Fué un misterioso personaje que deambuló por Baracoa a finales del siglo XIX y a él se le atribuyen todas las desgracias futuras que han acontecido en la ciudad tras lanzar una maldición cuando lo maltrataron y expulsaron de Baracoa.
Se llamaba Vicente Rodriguez y era un gallego que hizo fortuna en Santiago de Cuba, pero que el destino hizo que se convirtiera en misionero, abandonando todo tipo de lujos y comodidades, y pelegrinando por las poblaciones de Oriente con su mensaje evangelizador de forma pacífica, tal como era él como persona.
Por su físico, con el pelo largo y alborotado, gran barba, pantalones arermangados y en arapos y descalzo, en su primera visita a Baracoa, aunque tomado por loco la gente le respetó y le ofreció comida y cobijo a su paso.
Pero a su vuelta tres años más tarde, fué objeto de continuas burlas y maldades por parte de la población de Baracoa, y la cosa fué a más hasta llegar al punto de ser maltratado, cortándole el pelo y en un momento apedreándolo. Fué entonces cuando lanzó lo que se le conoce como la “maldición del Pelú”, augurando que en Baracoa habrían muy buenas ideas y propuestas de progreso y futuro, pero que nunca prosperarian por la falta de respeto de los entonces habitantes. Y a dia de hoy, cualquier acontecimiento desafortunado que sucede en Baracoa se le achaca a la maldición del Pelú.
Con la creación de la zona peatonal del centro de Baracoa hace dos años, se erigió una estátua del Pelú en una intersección, a modo de recuerdo del personaje y quien sabe quizás si para reconocimiento, poder reparar el daño que se le hizo en su momento y así servir de antídoto a los malos augurios de la leyenda .
@ Jordi Gaya Gallofré.